15 jun 2011

Tarde de tormenta



Que caigan todos los rayos,
y se derrumben los árboles y los páramos,
que llueva, nieve o se desprenda fuego de los cimientos del cielo,
que los ríos rebasen, los polos se derritan y los océanos nos atrapen,
que las estrellas choquen en nuestras manos,
venga un cometa a quemar con llamas lo que tenemos,
y la tierra sucumba al estallido de un relámpago.

A mí nada más me importa,
ahora que a mi alma sólo la mueve una cosa del universo;

y ésta es la certeza única que me han revelado los sabios:
antes de que acabe el mundo, yo ya habré besado tus labios.






Bukowski no era ruso

Acordándome de una anécdota pasada que no viene a cuento y con la fútil excusa de un programa de radio que esbocé hace años con el mismo título que esta entrada y que, afortunadamente, quedó simplemente en eso (un boceto), he vuelto a releer algunos poemas que tenía anotados en casa de Charles Bukowski. En su momento me llamaron especialmente la atención. Digo especialmente porque la escritura del propio Buko ya es bastante llamativa de por sí para quienes no lo conozcan. No esperaba detenerme mucho rato dado que la época en la que me enganché a sus libros ya pasó, también por fortuna. Fue una racha, nada más. Sin embargo, me ha sorprendido encontrar un par de poemas que me han vuelto a parecer lo suficientemente lúcidos como para perderme un buen rato en ellos...  



NADA DE LÍDERES, POR FAVOR

Invéntate y luego reinvéntate a ti mismo,
no nades en el mismo cenagal.
invéntate y luego reinvéntate a ti mismo
y
záfate de las garras de la mediocridad.

invéntate y reinvéntate a ti mismo,
cambia de tono y de forma tan a menudo que
nunca puedan
clasificarte.

cobra nuevas fuerzas y
acepta lo que hay
pero sólo según los términos que hayas inventado
y reinventado tú.

sé autodidacta.

y reinventa tu vida porque debes hacerlo,
es tu vida y
es historia
y el presente
sólo te pertenece
a ti.



UN APUNTE SOBRE POESÍA MODERNA

La poesía ha recorrido un largo camino, aunque muy lentamente;
no eres tan viejo como yo
y recuerdo haber leído
revistas en las que al final de un poema
ponían:
París, 1928.
por lo visto, eso cambiaba la
cosa, de manera que quienes podían permitírselo
(y algunos que no podían)
se iban a
PARÍS
y escribían.

también soy lo bastante viejo como para recordar cuando los poemas
hacían referencias a los dioses
griegos y romanos.
si no eras ducho en dioses no eras muy buen
escritor.
además, si no eras capaz de collar un verso en
español, francés o
italiano,
con toda certeza no eras un escritor
muy bueno.

hace 5 o 6 décadas,
tal vez 7,
algunos poetas empezaron a usar
“yo” en vez de “Yo”
o
“&” en vez de “y”.
muchos siguen usando el “yo”
con minúscula y muchos más siguen usando el
“&”
convencidos de que resulta
poéticamente muy efectivo y
moderno.

asimismo, la noción más antigua aún en boga en
que si no puedes entender un poema entonces
casi con toda certeza es
bueno.

la poesía sigue avanzando lentamente, supongo,
y cuando un mecánico de coches cualquiera
empiece a llevar libros de poesía para leer
a la hora del almuerzo
entonces sabremos que estamos avanzando en
la dirección
adecuada.

&
de eso
yo
estoy seguro.



13 jun 2011

¿Se puede realmente estar enamorada de todo?


Me siento extraña escribiendo esto. Si me hubieran preguntado hace años, habría soltado una carcajada. Lo habría negado una y otra vez. Y ahora, compruebo que hay algo especial que hace que sea cierto.

Esperaba encontrarme cualquier día con que, al despertar, el precioso universo en el que estaba sumergida mi vida desde hacía unos meses, sucumbiese y se desintegrase en mil pedazos. Como una pequeña chispa, que acaba prendiendo todo el cordón y hace que finalmente la dinamita explote. Pero no. Los días se suceden, las noches vuelan, y el baúl que hasta hacía un tiempo estaba lleno de andrajos y telarañas, se va perfumando con los olores de las historias, las personas, las luces, los sabores, las fotografías, las letras, las sonrisas, los recuerdos, las experiencias, la música...

Todo desde hace casi nada es único y maravilloso. Todo. No hay una sola baldosa que cruja bajo mis pies. Ni una sola hoguera que no crepite, apagada... No puedo creerlo, me lo repito todas las mañanas. Sin embargo, al final siempre concluyo que por primera vez desde que era niña siento la vida como preciosa, un regalo inagotable donde lo único que la hace imperfecta es el tiempo, que se agota. Me siento viva, me alcanza la intensidad en cualquier circunstancia: las cosquillas que no se detienen nunca.

Y hasta esta mañana, cuando venía probando la nueva radio del coche con aquel cd que hizo de banda sonora de mis exámenes de selectividad, he sentido que sólo por un día como los que estoy viviendo ya merece la pena haber vivido. Sí. La vida ya me ha dado una hermosa recompensa.