Tengo razones para pensar que, conforme la esperanza de vida crece, la inteligencia se reduce.
Observemos por ejemplo una situación en la que se colocase una botella con agua potable en dos lugares: en una aldea perdida del centro del continente africano, cuya esperanza de vida no supera en ningún caso los 55 años (escenario 1), y alternativamente, en medio de la calzada de una avenida madrileña, en el cual la esperanza de vida media puede superar los 80 años (escenario 2).
Observemos por ejemplo una situación en la que se colocase una botella con agua potable en dos lugares: en una aldea perdida del centro del continente africano, cuya esperanza de vida no supera en ningún caso los 55 años (escenario 1), y alternativamente, en medio de la calzada de una avenida madrileña, en el cual la esperanza de vida media puede superar los 80 años (escenario 2).
Escenario 1: aquella persona que se cruzase con la botella de agua correría inmediatamente, la cogería, la conservaría y la cuidaría. Y tendrían agua durante un día. Sin dudarlo.
Escenario 2: a la persona que encontrase la botella de agua podrían planteársele varias dudas:
- Pegarle una patada para ver si estalla y se mojan los demás.
- Atropellarla con el coche para ver si el plástico realmente hace ruido.
- Hacerla rodas por la avenida a modo de simpático divertimento.
- Colocarla del revés, sobre el tapón, para ver si es capaz de hacer equilibrios e impresionar a otra persona.
- Abrirla y vaciársela encima en el supuesto de que se la encontrara a mediodía en el mes de agosto.
- Abrirla y vaciarla para ver si hay un mensajito secreto dentro.
- Lanzarla lo más lejos posible para ver si supera a alguien más, en el caso de que le dé por interactuar con otras personas o vaya acompañado cuando se la encuentre.
- Opción probable: ignorarla y seguir caminando o conduciendo pensando en que a alguien se le habrá olvidado ahí.
- Opción más que probable: ignorarla y seguir caminando o conduciendo sin pensar nada.
Con esta historia que me acabo de imaginar sólo quiero explicar una cosa: conforme la esperanza de vida aumenta, los seres humanos nos volvemos más imbéciles al no tener que preocuparnos de sobrevivir, o mejor dicho, al acabar hasta las narices de la vida y todo lo demás puesto que la muerte la vemos tan lejana que le resta intensidad a nuestras vidas.
Y si no, ¿por qué la depresión es la causa de muerte más frecuente en las sociedades desarrolladas?
Vivir mucho se ha vuelto contraproducente. Ojalá nunca aparezca la eternidad.
Y si no, al tiempo.
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