21 mar 2011

Epílogo del invierno


Primavera. Y yo que todavía me siento con el hielo amordazando mi cuerpo. Quizá sea la secuela de un invierno largo, largo como no recuerdo -más por dentro que exteriormente. Y aunque cada día me gustan más, no me acabo de acostumbrar a estos recientes rayos de sol. Me cuesta mucho irme desprendiendo de la ropa al compás del clima, como si con ello estuviera desnudándome no sólo por fuera.
En eso envidio a otros seres vivos. Precisamente ahora se llenan de colores. Y nosotros cada día nos apagamos más. A lo mejor es porque yo soy de octubre, pero es más fácil vivir el otoño. Más triste y melancólico, pero más sencillo. Ahora, este todo-de-repente así, que resulge de pronto a cualquier hora, no me convence del todo. Más bonito y alegre, pero más brusco. En primavera me vuelvo precavida.  
O tal vez sea simplemente que me he levantado envuelta de añoranzas... Y hay ventanas que es difícil abrir aunque desees respirar un soplo de aire fresco.






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