aquellas que eligen vivir en una constante, tengan o no vértigo,
y aquellas que eligen subir a la montaña rusa, tengan o no vértigo.
Unas disfrutan menos pero también sufren menos, y las otras tienen sin duda su recompensa.
Todo depende del saldo. O quizá, aunque el saldo sea negativo, depende de si un instante maravilloso te puede llenar lo suficiente como para vivir de él el resto de tu vida.
Al final todo es equilibrio, como siempre...
Ojalá a veces existiera un calmante para el dolor de corazón. Pero precisamente por eso nadie lo ha inventado: porque entonces el amor dejaría de ser amor. Y el mundo perdería mucho. Pese a todo.
2 comentarios:
¿Y tú, de qué tipo eres? Porque yo tengo miedo a la montañas rusas...XD
Yo sólo he subido una vez a una, y no lo pasé bien. Ahora prefiero mirarlas desde el suelo, a veces eso produce más cosquillas aún.
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